Buenos días, estoy en Bogotá
Mientras caminaba pensaba que el sol lo hacía ver a uno bonito y que ese sol, era de una Bogotá con carita feliz que brillaba sexy por la inmensa luz que destellaba.
Tanto así que para cada ser viviente de la ciudad existía un rayito de luz divino que iluminaba de felicidad a muchos corazoncitos tristes que caminan como yo por ahí, sin más sin nadita más que el destello de luz, el sol y uno mismo...
¿Desde cuando nos acostumbramos a no amarnos tanto como la vida y el sol nos ama a nosotros?
Una historia en fotos
Dedicada las bonitas caminatas por Bogotá soleada
y a los que la disfrutan como yo.
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