Un Maestro que respira en familia, el folclor del Chocó

En el estudio adornado por trofeos, homenajes, música y libros que reúnen toda su vida artística, Donaldo Lozano, maestro de las danzas folclóricas del sur del Pacífico, y director del grupo de danzas del Litoral Pacífico de la Universidad Pedagógica Nacional, conversó con Danza en Red sobre sus anécdotas, recordó su trayectoria en la danza, y habló especialmente, de la tradición artística que ha impregnado a su familia.

Danza en Red: ¿Cómo fue el comienzo de su carrera en las danzas?

Maestro Donaldo: Mi vida artística comenzó a los 18 años, aquí en Bogotá, cuando hice parte del grupo de danza de la Universidad Nacional; fui uno de los primeros bailarines de la universidad.

Después de eso, me fui a mi tierra, el Chocó, y con la experiencia que había adquirido -con mi Maestro Heriberto Valencia-, empecé a dictar inglés y danza en el Colegio Carrasquilla.

DER: ¿Qué logros alcanzó con su primer grupo de danza?

MD: Con el grupo que armé, representamos al Chocó en el Reinado Nacional del Folclor y el Festival Nacional del Folclor en Ibagué y ganamos el primer puesto. Posteriormente, fuimos tres veces al Festival del Currulao del Pacífico y esas tres veces ganamos.

DER:
¿Qué vino después?

MD: Con la Casa de la Cultura, me nombraron director del grupo de danzas de Buenaventura, con ellos le gané al grupo de danzas del Chocó.

Estuve en Condoto (Chocó) -donde nací-, como profesor de inglés y seguí dirigiendo el grupo de danzas del Chocó, hasta que me cansé y vine a Bogotá.

Al llegar a Bogotá, muchos chocoanos que supieron que yo había llegado a la capital, me hicieron nombrar director de danzas de la pedagógica, en 1983.

DER:
Maestro, ¿cuántos años tenía cuando regresó a Bogotá?

MD: Tenía 24 años y dirigí las danzas de la pedagógica por 14 años. Me retiré, volví a la Universidad Nacional y luego regresé a la Pedagógica, porque esa es mi segunda casa.

Soñaba que mis hijos estudiaran en esta universidad y se me cumplió. Por ejemplo, Diego, uno de ellos, se graduó de Música.

Esa es mi vida… actualmente volví a la Pedagógica en compañía de Diego mi hijo, y ya llevo en ella 2 años.

DER: ¿Quiénes de su familia estuvieron heredaron el gusto y la pasión artística?

MD: ¡Todos! Mi papá era músico, tuve una hermana bailarina “Rosita” Lozano, “Rosita” Lemus, es abogada y es una de las mejores poetisas del Chocó, mi abuela murió bailando una Jota en un salón de baile… yo heredé esa pasión de mi abuela. Y mis hijos todos son folcloristas: Diego, Carlos y Luz Stella.

DER: ¿Cómo heredó a sus hijos el amor y la dedicación al folclor?

MD: El arte no se hereda. A todas las presentaciones los llevaba, además acá en la casa hay folclor por todo lado, en especial del Chocó. Eso ha influido mucho en la actitud de ellos, en especial de Diego, quién es un excelente músico y profesional, quién hizo su tesis sobre las danzas del Chocó

Aquí, como ves, todo es del Chocó, porque yo amo mi tierra; lo mismo ocurre con Luz Stella (hija), mi primera bailarina del grupo de danzas de la Pedagógica. Diego es el director de la parte musical y coordinador del grupo en la misma universidad.

DER: ¿Qué presentación de su hijo Diego, recuerda con más frecuencia?

Cuando estuvimos en la Fundación Batuta, Diego tocó y dije ¡Este es el hijo que yo quería!

DER: ¿Anécdotas por contar?

MD: En una presentación de danza que tuvimos en el coliseo de la Pedagógica, la mamá de Diego que también fue bailarina en mi grupo, estaba embarazada de él y hoy después de 25 años, Diego y en compañía mía, se presenta en el mismo lugar pero dirigiendo la orquesta musical.

También recuerdo que cada vez que tocaba el clarinete que había comprado en Venezuela, Diego lloraba mucho, a él no le gustaba escucharlo y hoy es músico y clarinetista…

DER:
¿Cómo relaciona la danza tradicional, con su danza folclórica del Pacífico?

MD: Soy un folclorista tradicionalista, solamente me enfoco en las danzas del Chocó y algunas de la parte sur del Pacífico como Buenaventura, Guapi, Tumaco, Barbacoa… entre otros; porque yo estuve trabajando en Buenaventura y aprendí muchas danzas de esa región con el Maestro Teófilo Potes y la Maestra Mercedes de Montaño.

DER: También unos muy buenos maestros…

MD: Uy excelentes! Ellos también aprendieron mucho de mí, trabajé con ellos y les enseñé con talleres, a muchos más maestros del municipio de Buenaventura.
Mi vida está alrededor de las danzas del Chocó, ese es mi fuerte.

DER: ¿Cuál es su recuerdo más preciado, en su carrera artística?

MD: La mejor presentación fue con la que gané el Festival de Danza en Ibagué, en el año 60.

DER: ¿Cómo ve ahora las nuevas expresiones del folclor?

MD: Veo muchas distorsiones de las danzas del Chocó, ya que hay personas que no la conocen ni la entienden. Pasa lo contrario con las danzas que hacemos en la pedagógica, pues son auténticas.

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Publicado en Danza en Red Colombia a través de la Agencia Montenegro

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